viernes, 11 de diciembre de 2015

Ácido Hialurónico Una Novedad Reconstruyendo La Papila Interdental


La pérdida del tejido interdental se produce como resultado de:
  • Daños traumáticos.
  • Exodoncia.
  • Defectos congénito.
  • Cepillado incorrecto y traumático.
  • Restauraciones iatrogénicas.
  • Cirugías convencionales resectivas.
  • Dentición espaciada.
  • Enfermedad periodontal crónica.
Algunos autores han hecho clasificaciones para medir la pérdida de la papila interdental. Nordland y Tarnow (1998) propusieron una clasificación para la pérdida de la altura de la papila.

Esa clasificación identifica el punto de referencia anatómico y separa el nivel de pérdida de papila en tres clases para identificar y describir el grado de ésta pérdida. El sistema utiliza tres puntos de referencia:
  1. Punto de contacto interdental.
  2. Unión cemento/esmalte más apical en la vestibular.
  3. Unión cemento/esmalte en la interproximal más coronal.
En la Clase I la punta de la papila interdental se ubica entre el punto de contacto y la extensión interproximal más coronal de la unión cemento/esmalte.
En la Clase II la punta de la papila se ubica en el mismo nivel o apical a la extensión interproximal más coronal de la unión cemento/esmalte, pero coronal al punto vestibular más apical de la unión cemento esmalte.
En la Clase III – La punta de la papila se ubica en mismo nivel o apical al punto vestibular más apical de la unión cemento/esmalte.



El ácido hialurónico ahora viene a ofrecer una técnica no invasiva muy novedosa para la reconstrucción de la papila interdental. El ácido hialurónico (AH) es un glicosaminoglicano no sulfatado de alto peso molecular que forma parte de la matriz extracelular (MEC) del tejido conectivo e interviene en la cohesión tisular. Es el glicosaminoglicano más abundante en la MEC de los tejidos periodontales y tiene como importante propiedad física, su capacidad de embeberse en agua hasta aumentar más de 50 veces su peso seco, lo que da a la matriz un alto grado de elasticidad, favoreciendo el intercambio de gases y moléculas pequeñas, actuando de barrera al paso de macromoléculas y cuerpos extraños. 

En los procesos inflamatorios se produce una despolimerización progresiva que altera la arquitectura del tejido y dificulta los intercambios metabólicos. El AH interviene en los procesos de reparación tisular, cicatrización, y por ello se ha postulado su aplicación local como sustancia antiinflamatoria y antiedematosa, sin efectos tóxicos o indeseables.

El ácido hialurónico ha sido ampliamente utilizado en las cirugías de osteoartritis de rodilla y en cirugías de cataratas.

En Odontología y basado en el mismo principio, también se ha empleado para la cicatrización de intervenciones odontoestomatológicas y maxilofaciales en procesos de reparación dentinaria y regeneración pulpar y en pacientes con diferentes grados de periodontopatias, especialmente gingivitis. Y recientemente es AH se está utilizando en la regeneración de la papila interdental y los resultados son prometedores.
La formación de la bolsa comienza con un cambio inflamatorio en el tejido conectivo de la pared blanda del surco gingival, originado por la placa bacteriana, el exudado inflamatorio causa la degeneración del tejido conectivo vecino, incluyendo fibras colágenas y gingivales apicales al epitelio de unión. Como consecuencia de la pérdida de este soporte fibrilar, la porción apical del epitelio de unión, migra a lo largo de la raíz. La porción coronal del mismo epitelio, se aparta de la raíz a medida que la apical migra. Este hecho, la separación de la zona coronal, se debe a un infiltrado creciente de PMN, que cuando llega a ser del 60% o más del volumen del epitelio de unión, el tejido pierde cohesión y se desprende de la superficie dental. En consecuencia, el fondo del surco migra en dirección apical y el epitelio bucal del surco ocupa una porción cada vez mayor del revestimiento del surco. El proceso inflamatorio induce a través de heterólisis enzimática, desestructuración del matrisoma del MEC y se producen altos niveles de glicosaminoglicanos en el fluido gingival, principalmente condroitin 4 sulfato, que ha sido utilizado para la confirmación diagnóstica de periodontitis activas, y en menor cuantía AH. El efecto reparador de la lesión tisular, basado en la reorganización del tejido conectivo y la actividad fibrogénica, antiinflamatoria y antiexudativa fueron la base para la aplicación del AH.